Creo que si dejamos a la religión de lado, no hay tema más frágil de tocar que la política. Ha estado presente desde el inicio de la humanidad, ya sea en poblados menores como en grandes imperios; la política es parte de nuestra vida (querámoslo o no). Como el arte es la representación metafórica y subjetiva de la vida es lógico entonces que se represente en más de una forma a la política en la pantalla de las salas de cine, ya sea como instrumento político, como detractor y amenazante de ciertas ideas y partidos políticos o simplemente como piezas de arte a las cuales podemos atribuirles significados políticos; queda en claro que tanto cine como política están adheridos a nuestra vida diaria y que nos vemos en gran medida influenciados por ambas.
Pero es también verdad que parecen ser polos opuestos, es mucho más disfrutable (a toda edad creo yo) ir al cine o relajarse en casa viendo películas que ver las largas horas de transmisión en vivo de debates en el ministerio o ver los resúmenes de jornada de los que nada entendemos en los noticieros. Preferimos ver a Batman pateando el trasero de mafias corruptas en vez ser nosotros quienes se encarguen de la corrupción en nuestra ciudad. Mucho de eso se debe a que la política no se deja entender, después de todo a qué político le gustaría que la población entienda qué es lo que se trae entre manos. Pero es en este punto donde el cine puede intervenir y re-dirigir la atención del público hacia lo que sucede en los senados, los ministerios y en las municipalidades de nuestra ciudad y lo mejor de todo, siendo accesible para todos.
"El Derecho va al Cine" y "La Política va al cine" son libros publicados por el Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico, siendo sus editores Cecilia O'Neill de la Fuente en el caso del primero y de trabajo mutuo por Manuel Alcántara y Santiago Marini en el caso del segundo. Ambos libros son una recolección de artículos de distintos autores que dan sus interpretaciones y análisis a distintas películas de diversos géneros bajo una mirada jurídica, política y moral, permitiendo así que el cine sirva de instrumento de entendimiento y comprensión para los espectadores casuales y que estos puedan formar sus propias ideas a través de las cintas que ven en sus pantallas.
Lo más atractivo de estos libros es que no tenemos que tener conocimientos extraordinarios en derecho o política para entenderlos, sirven de guía para poder entender dichos conceptos a través de largometrajes. Una de mis principales preocupaciones a la hora de comprarlos fue si la lista de cintas que recomendarían se limitarían a dramas judiciales o documentales, cosa que se sentiría muy estática y nada dinámica, es una suerte que no sea así. Las películas recomendadas van desde ciencia ficción, romance, drama, comedia e incluso superhéroes; permitiendo al lector adentrarse fácilmente en las lecturas ofrecidas ya que tiene la variedad justa para relajarse en las noches riendo o llorando, depende de qué recomendación quieras ver primero.
Hay lecturas particularmente me gustaron más que otras como la ofrecida por Alfredo Bullard, quien analizando las pesimistas visiones que tenemos del futuro critica la temerosa idea de vivir en una distopia; visión certera ya que si vemos en retrospectiva cada nuevo avance tecnológico y político dado a lo largo de nuestra historia, en cada uno de ellos se temió que la familia y la sociedad se iba a desmoronar y sin embargo aquí estamos, adaptándonos a cada cambio y solucionando, los profetas de grandes desastres sociales olvidaron la creatividad e ingenio humano.
Otro artículo escrito por Gonzalo Zegarra Mulanovich da pie al debate, ya que toca uno de los temas más frágiles en la historia del Perú: La Constitución del 93. Contándonos un poco de la historia del famoso autogolpe de estado por el ex-presidente Fujimori y a la vez el fallido romance entre Joel y Clementine, protagonistas de "Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos"; este curioso texto nos pone en la mesa la opción de no cambiar dicha constitución tan odiada hoy en día, porque querámoslo o no, funciona.
El artículo de Martin Tanaca sobre el gobierno de Fujimori y la visión moral de la trilogía de "El Caballero Oscuro" de Christopher Nolan nos hace reflexionar sobre lo moralmente correcto en contraste con lo políticamente necesario. Santiago Mariani nos pretende mostrar caras no conocidas del famoso líder Nelson Mandela a través de tres cintas que hablan de su vida. "El Dilema del Duelo" artículo escrito por Simón pachano que con la premisa de una simple película de trama absurda: "Duel" de Steven Spielberg; nos ofrece una posible visión de los actores políticos ante situaciones igual de desconcertantes.
Desde la comedia hasta la tragedia, desde lo romántico hasta lo sangriento, el cine puede hacernos recapacitar y abrir los ojos a realidades que nunca abríamos imaginado, las que están irónicamente frente a nuestros ojos y en las que vivimos. Los libros que acabo de recomendar nos ayudan a abrir los ojos y poder debatir con nosotros mismos el impacto mutuo del cine en la política y de la política en el cine, ya seas amante o estudioso de una u de otra, estas lecturas pueden enriquecerte mucho más, al menos creo que eso hicieron por mí, después de todo, tanto lo plasmado en los congresos del mundo como en el celuloide de una película son lo mismo: una extensión del ser humano.
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